El proyecto pretende paliar el impacto que supone la escorrentía superficial de agua proveniente de uso agrario con altas concentraciones en fertilizantes y productos fitosanitarios que finalmente son aportados al Mar Menor.
Al mismo tiempo se pretende dar solución a los problemas de inundación generados durante los episodios cada vez más frecuentes de lluvias torrenciales.
Para ello, se pondrán en marcha diferentes sistemas urbanos de drenaje sostenible y se impermeabilizará la superficie de áreas de parques para evitar la infiltración de contaminantes al suelo y a los ecosistemas naturales, añadiendo zonas renaturalizadas con plantas acuáticas.
Para incrementar la eficacia de las soluciones propuestas se implementarán estructuras vegetales como barrera de conservación en fincas agrícolas se establecerán corredores verdes junto a la rambla y se creará un plantel piloto con cebada para comprobar el efecto barrera de los filtros verdes ante posibles avenidas provocadas por lluvias torrenciales.
El proyecto cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.